30/11/07

Lo que hace la publicidad


¡Lo que hace la publicidad!, es increíble. Ella sí que hace milagros, lo que anuncian ya es otra historia.
Hace que la gente se lance a comprar lo que sea como si fuera la panacea a todos sus males, solo porque lo anuncia fulanito/a en la radio o la tele, donde además dicen que lo usa el/la famosillo/a de turno, ese o esa que antes era tan gordo/a o más feo que pegarle a un padre, (y después sigue siendo igual de gilipollas).
El problema es que eso que anuncian no es nada nuevo, mucho menos milagroso, con suerte incluso puede que lo tengan en la nevera, eso sí, no es lo mismo una alcachofa comprada en la verdulería de la esquina que una que viene en cápsulas comprada en el herbolario o farmacia a precio de oro, que anuncia la no-se-quien, que además me recomendó la vecina del 5º que le ha ido divino.
Es que no se piensa. Para nada. Es el resultado del borreguismo imperante.
Lo que se puede conseguir con una dieta sana y mediterránea sería lo mismo y sin gastarse tanto dinero en pamplinas. Hay que tomar los complementos justos y adecuados a cada uno, y he dicho complementos, porque eso son: complementos de la dieta, de una buena dieta personalizada, si la necesitas, con la ayuda de un profesional.
No quieran atribuirles a estos complementos propiedades milagrosas que no tienen. Son lo que son: una ayuda. El resto del milagro lo tiene que hacer uno mismo, eso sí, con un poquito de esfuerzo.

23/11/07

Desventuras lácteas

Recuerdo que me iba al colegio con mal cuerpo, después de devolver o simplemente me escapaba sin tomarme la leche.
"Esta niña siempre se marea en el coche", decían en mi casa, y es que cuando salíamos de viaje, mi madre compraba leche condensada en tubo para desayunar a medio camino, con lo que sin saberlo me provocaba la consiguiente vomitera posterior, (por el coche, o por la leche condensada en lactosa, o por todo junto).
En uno de esos viajes al pueblo de mi padre en Córdoba, me cogió un dolor tan fuerte en el costado y la barriga que me llevaron corriendo al médico pensándose que sería apendicitis, y cual fue mi sorpresa, cuando previo paso por la pantalla de rayos X, va el médico o practicante del pueblo y suelta, literalmente con su grasia cordobesa: "¡Que lo que tienes que hacer es tirarte muchos pedos, chiquilla!". Yo supongo que me quedé a cuadros y mis padres y abuelos partiéndose de la risa. Esas cosas marcan, jo!!.
Y seguía yo con mis problemas abdominales, flatos, y demás, mientras, como todos los niños, tomaba leche con colacao o "nescuí", nocilla, helados de nata y otras lindezas lácteas para crecer mucho, y es que hasta hace poco no se ha mirado tanto el tema de las alergias e intolerancias alimentarias en los niños, y la leche siempre se ha considerado un alimento básico, y más en la infancia (cosa que creo que es un error, al margen de alergias). ¡Mi madre qué sabía!, con su empeño en alimentarme bien también dañaba mi salud. Tampoco los médicos sabían nada del tema, (y creo que muchos siguen con su ignorancia).
De más mayor pues tuve acné, empecé con alergias varias... hasta que me empecé a preguntar qué pasaría si dejaba de tomar leche, con la consiguiente mejora de todas estas cosas que ya consideraba "normales" en mí desde la infancia.
Cuando empecé a interesarme y estudiar naturopatía, empecé a tomar bebida de soja en vez de leche, pero me dí cuenta de que la leche está camuflada en más alimentos de lo que pensaba, que tienes que leer con lupa las etiquetas y cuando comes fuera preguntar qué llevan las salsas y los postres (a lo que más me cuesta renunciar, pues soy muy golosa).
¿Por qué esta afición del ser humano por la leche?. Somos el único mamífero que sigue mamando en la edad adulta, para colmo de otro animal, la vaca, que genéticamente nada tiene que ver con nosotros. No tiene sentido. Y mientras tanto, la publicidad sigue vendiéndonos sus muchas virtudes y anunciando leches con potingues mil. Muchos intereses de por medio, como siempre, jugando con la salud de las personas. ¡No hay derecho, es la leche!.

1/11/07

Nos estamos desnaturalizando.



Hoy al levantarme encontré estas citas en el librito de un cd de Manolo García, quien ya en otras ocasiones se ha declarado admirador de los indios americanos:
"Sin embargo, no es que la incomprensión del indígena del Nuevo Mundo sea debida a una falta de aptitud natural sino al rechazo obstinado de su naturaleza respecto a nuestras ideas y nuestras artes. Tumbado sobre su manta en medio de la humareda de su choza, el indio mira con desprecio la cómoda morada del europeo y se complace con orgullo en su miseria, las imágenes de su bárbara independencia elevan y colman su corazón. Sonríe amargamente viéndonos atormentar nuestra vida para adquirir riquezas inútiles. Lo que nosotros llamamos industria, él lo llama humillante sujeción. Compara al trabajador con el buey que va abriendo penosamente su surco. Lo que nosotros llamamos comodidades de la vida, él lo considera juguetes infantiles o refinamientos afeminados. Lo único que nos envidia son nuestras armas. Si puede refugiar su cabeza por la noche bajo una tienda de ramas, si puede encender un fuego para ahuyentar los mosquitos en verano y protegerse del frío en invierno, si sus perros son buenos y la comarca abundante en caza, ¿qué más puede pedirle al Ser Eterno?".

"Dentro de pocos años, esos bosques impenetrables habrán sido talados, el ruido de la civilización y la industria turbará el silencio del Saginaw, haciendo enmudecer su eco... Los muelles aprisionarán sus riberas; sus aguas, que discurren hoy ignoradas y tranquilas a través de un desierto sin nombre, serán expulsadas de su cauce por la proa de los barcos: Cincuenta leguas separan todavía esta soledad de los grandes asentamientos europeos y nosotros somos quizá los últimos viajeros de Europa a los que ha sido concedido el privilegio de contemplarla en su primitivo esplendor. Tal es el impulso de la raza blanca hacia la conquista total de un nuevo mundo".

"Quince días en las soledades americanas", Alexis de Tocqueville. 1.832.
Ed. Barataria.
Creo que me comparé este libro... da qué pensar. ¡Gracias, Manolo!.

Datos personales